sábado, 19 de enero de 2008




Meditacion XVII

Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra. ; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.

John Donne, Devotions Upon Emergent Occasions

viernes, 18 de enero de 2008

No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas.

H.P. Lovecraft

lunes, 14 de enero de 2008

III

Mierda me duele la cabeza, siento que no puedo conectar mas de dos ideas y me deprime pensar que nunca voy a poder decir lo que quiero decir simplemente porque soy demasiado estupido para hacerlo y no se como expresarme, soy tan imbecil, como en la tarde cuando me puse a pensar en el elevado impuesto a los libros (al menos en ¿nuestro? país) como un método de control social para que las masas empobrecidas que no pueden costear cultura simplemente no tengan acceso a ella, y sigan siendo un proletariado feliz, conformista e ignorante al servicio de las clases mas acomodadas, pero después me pongo a pensar en cualquier estupidez y se transforma en nada mas que otra idea que se va y sobre la que nunca podré escribir algo medianamente útil, al menos para mi ego, que por cierto ha sido metódicamente menoscabado de un tiempo a esta parte y que siento ya es demasiado tarde para recuperar ni siquiera una pequeña fracción de el. Y si, tengo dieciocho pero me siento viejo, soy muy viejo para aprender a tocar un instrumento musical, soy muy viejo para aprender a bailar, a correr, a jugar futbol, a ser otra persona, porque soy nada mas que ideas inconexas y eso me angustia porque se que así no voy a llegar a ningún lado, con nada ni con nadie, porque aparentemente es muy tarde para que me empiece a importar la gente, me refiero a la gente en general, como un ente anónimo que se supone debo aprender a querer y valorar pero que, honestamente, por mi se pueden ir a la mierda, todos y cada uno de esos hijos de puta, malditos imbeciles, con planes hechos y amigos y cosas que hacer, cosas que les gustan y sienten placer al hacer, yo a lo mas que aspiro es a momentos breves de mera tranquilidad y eso es todo, porque después no puedo evitar pensar en estupideces que se que me van a deprimir, la verdad no es que me depriman, mas bien “perturban mi tranquilidad mental” … mierda, odio esa palabra “deprimir” es tan no se “deprimente” (for a lack of a better word) es que odio que me tengan lastima y esa palabra grita “LASTIMA”, maldición, algún día podrían llegar a ser sinónimos, ¿ves? ya estoy empezando a hablar incoherencias. Cosas que son, pero que nunca han sido, cosas que no son y han sido ¿o lo serán? Ya ni se ¿Qué te estaba diciendo? Ah ok creo que algo respecto a los sistemas de control social y no se que mierda, la verdad me da lo mismo, por mi se pueden ir todos al demonio.

martes, 8 de enero de 2008

II



martes, 1 de enero de 2008

El Mensaje

Devuélveme mis ojos hace mucho extraviados,

que demasiado tiempo sobre ti se han posado,

mas ya que tantos males allí han aprendido,

tantas conductas forzadas

y falsas pasiones,

que por ti

nada bueno

pueden ver, quédatelos para siempre.


Devuélveme mi corazón inofensivo,

que ningún pensamiento indigno podría mancillar,

pues si el tuyo le ha enseñado

a burlarse

de las quejas

y a romper

palabra y juramento,

quédatelo, porque mío no será.


Pero devuélveme mi corazón y mis ojos

para que pueda ver y conocer tu falsedad,

para reírme y gozar cuando tú

te consumas

y languidezcas

por aquel

que no querrá

o que tan falso como tu ahora será.


John Donne