El Mensaje
Devuélveme mis ojos hace mucho extraviados,
que demasiado tiempo sobre ti se han posado,
mas ya que tantos males allí han aprendido,
tantas conductas forzadas
y falsas pasiones,
que por ti
nada bueno
pueden ver, quédatelos para siempre.
Devuélveme mi corazón inofensivo,
que ningún pensamiento indigno podría mancillar,
pues si el tuyo le ha enseñado
a burlarse
de las quejas
y a romper
palabra y juramento,
quédatelo, porque mío no será.
Pero devuélveme mi corazón y mis ojos
para que pueda ver y conocer tu falsedad,
para reírme y gozar cuando tú
te consumas
y languidezcas
por aquel
que no querrá
o que tan falso como tu ahora será.
John Donne
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