martes, 1 de enero de 2008

El Mensaje

Devuélveme mis ojos hace mucho extraviados,

que demasiado tiempo sobre ti se han posado,

mas ya que tantos males allí han aprendido,

tantas conductas forzadas

y falsas pasiones,

que por ti

nada bueno

pueden ver, quédatelos para siempre.


Devuélveme mi corazón inofensivo,

que ningún pensamiento indigno podría mancillar,

pues si el tuyo le ha enseñado

a burlarse

de las quejas

y a romper

palabra y juramento,

quédatelo, porque mío no será.


Pero devuélveme mi corazón y mis ojos

para que pueda ver y conocer tu falsedad,

para reírme y gozar cuando tú

te consumas

y languidezcas

por aquel

que no querrá

o que tan falso como tu ahora será.


John Donne

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