Del amor y otras ficciones.
No tengo coartada,
yo dejé que tus tropas me asediaran,
que invadieran los rincones más íntimos,
saqueando mi calma,
despojándome los preciados tesoros.
No escuché los disparos ni los gritos,
ignoré las alertas
y este cuerpo sitiado por tus manos
no opuso resistencia,
pidió que lo asaltaras.
No tengo coartada.
Consentí la explosión de los sentidos,
mientras tú me lanzabas
misiles de deseo por la espalda,
besos como granadas,
bombardeando murallas y trincheras,
removiendo dolor, polvo y sangranza.
Un experto en la lucha cuerpo a cuerpo,
que salió victorioso de más de una derrota,
te permitió el desarme.
Fui yo quien se rindió a tus pies sin estrategia,
quien no quiso minar escapatorias, ni retirarse a tiempo,
quien se dejó vencer en tantas partes.
No tengo coartada.
Y tú,
¿cómo vas a explicar a este cadáver
que le has hecho el amor y no la guerra?
¿Sabes?
abril no dijo nada
de que, al fin, logarías
reducirme al te quiero,
de que al vino abundante
de tu cama,
seguiría el dolor
de las copas vacías.
Prefirió no contarme
que después de comerte
mi pasión a bocados,
ya no te saciarían las migajas del cuerpo.
Omitió los inviernos,
cuando el insomnio amargo
busca, sin encontrar,
los dulces sueños
y ser feliz consiste
en olvidarnos juntos
de que seguimos solos.
No me habló
de que el amor oprime,
de que el deseo cansa,
de que la dicha exige...
¡Llegó, tan de repente!,
que he confiado todo,
de nuevo,
a sus encantos.
No ha sido tu indulgencia
la que me concedió la libertad
ni tu hipócrita aplauso
lo que ha roto el hechizo.
Si me arranqué la máscara,
desaforadamente,
y rompí los espejos,
sin lacerarme el rostro
fue porque comprobé
que la ficción
no aplaca las pasiones.
Se alzó la verdadera
tempestad del cuerpo,
con urgente deseo,
sin que pesaran actos,
proponiéndome ser
en cada estruendo
la meta de mí mismo.
Sé que el tiempo le gana
la carrera al temor,
aunque lo creas lento,
que la vida es al fin
y al cabo nada,
que estaré menos solo
si es que logro encontrarme,
que el poder no me embriaga
y el placer no lo sacia ningún
cuerpo,
que las expectativas
avivan los fracasos,
que los hijos se van
y los padres se meuren,
que los rumbos se pierden
y que extraviarse,
más que errar el camino,
es no tener brújula en tus manos,
que la vejez enturbia los deseos
y merma los sentidos,
que en las respuestas anidan más
preguntas
y que no hay dios que exista
fuera de nosotros,
que el amor cuando apuesta
pierde contra el dolor,
que ser feliz nos resulta lejano
y estarlo no nos basta.
Lo sé profundamente...,
pero ya no me alcanza
con saberlo.
Para que tú me leas
voy a escribirte entero
hasta encontrarte,
hasta entender el mundo
que me esconden tus letras.
Cada signo
descifraré curioso
y sin cansancio,
acumulando todas tus palabras,
descubriendo alfabetos en tus
ojos,
aprendiéndote todo.
Para que tú me leas
quiero darle sentido
a lo que callas,
recomponer la hisotira
de tus papeles rotos,
traducir lo ilegible
y reinventarte siempre.
Íntimo y silencioso
te tenderé mis manos
y seré lo que quieras...
A todos mis sentidos
encerraré en tu cuerpo
y, a ciegas,
escribiré en marfil
nuestro lenguaje.
¡Retrasaré el final lo más posible!,
para que tú me leas.
Pides que te dibuje
y yo pongo distancia
es necesario
para verte en conjunto
y que me veas
para no fragmentarnos ni un instante
pero empiezo a sentir que te acomodas
tú en la pose perfecta
y yo en la certidumbre de quien eres
y me atrevo a acercarme convencido
de que sólo se ama en el detalle
sin efectos de luz y sin escorzos
te vas haciendo hueco en el espacio
le vas plantando caras al vacío
dando forma y textura a mi deseo
yo a cambio
como queriéndote encerrar entre mis trazos
remarco los contornos con firmeza
para que no te escapes ni te borres
te puntilleo el alma poro a poro
y te invito a mirarte con mis ojos
de asimétrico tú que se recrea
y a descubrirte en mí colores nuevos
mas los "espejos limpios" son espejos
y temo inevitable que no te reconozcas
convertido en papel, boceto y tiempo
ya te estoy acabando sin retoques
prefiero la ficción a la mentira
sospechas que el retrato es un poema
"ut pictura poesis" -me defiendo-
y te observo consciente de que siempre
la realidad más cierta
es cualquier otra
que ni se ve ni existe.
Y la vida no es fácil,
aunque te bese el sol
la palma de las manos
y la arena adopte
la forma de los cuerpos,
por los que se derrama el aire ocioso,
aunque el tiemo se tumbe
a ver venir los días
que se dejan llevar como las olas
y un mar azul de Klein
se derrita en la orilla,
donde los niños juegan con la vida,
aunque las rocas rebosen de matices
y el calor desdibuje su volumen,
y el horizonte te rete
a adivinar un porvenir
que nunca llega,
y el mundo te respire con reposo...
Cuídate del sopor de esa belleza,
de esa estéril quietud
que invita al abandono,
porque no será fácil
comenzar
cuando el verano acabe.
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