sábado, 25 de agosto de 2007

Ángeles


Entre la multitud enajenada, camina Ángela, inocente adolescente que descubre los encantos de la gran ciudad. Sus pasos la conducen frente a ese ángel marmoleado, sin atisbo de humanidad.

Una moneda tintinea en el recipiente. El ángel revive.

Las colosales alas níveas parecen abarcar todo movimiento.

Una mano se extiende hacia Ángela.

Ella, con timidez, responde a la petición.

Una blanca flor aparece dibujada con ternura sobre la piel adolescente.

Ángel se arranca el corazón y lo deposita en la mano angelical que se empuña fuerte para no dejarlo volar.

Ángela, en un vagón azul, regresa al cielo.

1 comentario:

_DeathDog o_david_correa pk hombre dijo...

Yo quisiera tener un ángel kmo Ángela.
Saludos. =)