domingo, 18 de mayo de 2008

IV

No me importa quien eres. No me importa de donde eres. No me importa como te ganas la vida. No me importa como te vistes, que fumas o que bebes, a quien conoces, con quien te has acostado

Los odio. Odio a cada uno de ustedes, a cada productor de mierda que es todo ser viviente, de costa a costa, local e internacionalmente. Los odio.

A la mierda el amor. A la mierda tu insípido y desesperado empeño por aferrarte a un concepto abstracto de desequilibrios químicos y acciones ilógicas, hurgando entre la multitud, tratando de encontrar algún reemplazo cinemático para interacción humana real. A la mierda la lujuria también. A la mierda todos, desde la escoria mas baja hasta tu madre. A la mierda todos, desde la puta que juzga el carácter de una persona por el precio de su camisa hasta las chicas feas que creen que la personalidad es lo que cuenta.

A la mierda los conductores que creen que la luz amarilla significa “aprieta el acelerador hasta el fondo”. A la mierda los ciclistas –no están exentos de las leyes del transito solo porque pedalean, miserable puto reflectante– . A la mierda los peatones también. Usen el maldito paso de cebra si quieren evitar ser arrollados.

A la mierda tú, estúpida hablando por celular. A la mierda el imbécil mal pagado que me sirve el café. A la mierda el cretino que va a diez sobre el limite de velocidad. A la mierda la vieja en el supermercado que insiste en pagar con cambio exacto. A la mierda tú también por no ceder el asiento cuando una embarazada o un anciano se sube al bus.

A la mierda los impuestos. A la mierda la caridad. A la mierda el egoísta, sobre-politizado gobierno. A la mierda las leyes nuevas que nadie lee aparte de ustedes y su gabinete. A la mierda los cancilleres y sus estúpidos proyectos de progreso urbano. A la mierda los sindicatos. A la mierda todo el proceso que hace que sea posible que la gente que supuestamente esta trabajando para nosotros, trabaje por intereses que solo beneficiaran a la próxima campaña. A la mierda los partidos políticos, a la mierda los convencionalismos, y a la mierda tus creencias.

A la mierda tus botellas de agua. Tú eres agua y vales menos. A la mierda la moda. A la mierda las marcas. A la mierda los tacones altos en la nieve. A la mierda tus cafés excesivamente caros y tus hamburguesas vegetarianas. A la mierda tu salud, tu dieta y tu membresía en el gimnasio.

A la mierda tu cultura. A la mierda tu raza. A la mierda tu estado de derecho. A la mierda tu sentido de identidad. A la mierda todos por su creencia de que tienen algo único e interesante que aportar. Pero sobretodo, a la mierda todo aquello en lo crees. Esta todo equivocado. A la mierda.

A la mierda tus quejas. A la mierda tus adicciones. A la mierda tus dependencias. A la mierda tu dolor. A la mierda tus lágrimas. A la mierda vender lo que sea que estas vendiendo. A la mierda tu manipulación. A la mierda las películas, los libros, los diarios. A la mierda todo lo que posees. A la mierda tus alergias. A la mierda tu sentido común. A la mierda tu ortografía y a la mierda tu educación e ignorancia.

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